Fue en el festival Soundhearts producido por Move Concerts, donde antes habían estado Rocco Posca, Flying Lotus y Junun. El de Radiohead se postula a uno de los shows del año por el nivel de la banda que no venía desde 1999, que muchos no se querían perder por nada del mundo, que quedó plasmado en una convocatoria de 39.000 personas en Tecnópolis, colmando su capacidad.

Allí la plataforma de la marca tuvo un rol único como main sponsor, superando incluso la gran presencia que había tenido en las dos ediciones del Festival Bue.

Con un lugar totalmente protagonista en un predio que no tuvo otras grandes activaciones, tuvieron un Beergarden donde la gente hizo filas para pasar, y además un exclusivo V.I.P. para ver el show desde lo alto, disfrutar la mejor cerveza con canilla libre y de un catering permanente con hamburguesas gourmet, panchos especiales, papas rústicas con huevo y una serie de canapés y bocadillos que no pararon de agasajar a los concurrentes hasta muy entrado el show, que se prolongó por dos horas y media. Incluso hubo dos clases de helados para el final.

En el objetivo de decirle al público que la música hay que vivirla, con viajes y otras ideas que buscan ser únicas, esta fue una experiencia diferencial como total mérito de la marca para seguir potenciando la mística de Heineken Live your music.

La organización también no tuvo problemas tanto para la llegada como la desconcentración de tanta gente en el predio de Villa Martelli, terminando así también de consumar una buena experiencia para el público, que tuvo patios de comidas a ambos lados con una apuesta gastronómica también un poco diferente a lo habitual, como suele hacer Move.

Radiohead
La banda abrió la noche con Daydreaming  y con Ful stop se encendieron las pantallas y la gente comenzó a delirar. La lista de temas abarcó gran parte de Ok Computer, consagrado álbum que cumplió el año pasado su 20 aniversario, además de temas de sus últimos discos. Y la gran sorpresa, luego de los bises y a pedido del público, fue Creep, el hit que los llevó a la fama.

De la mano del Soundhearts Festival, Radiohead regreso a Buenos Aires luego de casi una década, deleitando al público en una noche inolvidable.