La entrega dejó varios mensajes claros. El más importante es que fue una gran idea la de federalizar los premios, pues la ceremonia tuvo igual y hasta más  brillo del que venía consiguiendo en Buenos Aires, renovó el entusiasmo de la industria y los artistas, además de contar con un nuevo público local. Hay que ver a dónde va el año que viene, si Mendoza lo suelta tras el gran apoyo que realizó este año con el Gobernador Cornejo presente. Se habla de Salta —con una celebración a Los Nocheros— y Córdoba como posibilidades.

El segundo mensaje fue el de empoderamiento femenino. Ya había estado presente en el anuncio de las nominaciones en el CCK, lo estuvo en el armado de los números musicales, también en una gran consagración de la noche como Lali —perdió injustamente en años anteriores— y hasta en la ganadora del Gardel de Oro/Álbum del año. Marilina Bertoldi es la segunda mujer en recibir el Gardel de Oro, luego de nada más y nada menos que Mercedes Sosa, y se impuso en una categoría con consagrados artistas como Andrés Calamaro (Ganador del Gardel de Oro en 2008 y 2016), Babasónicos (2004) y sobretodo de los celebrados Auténticos Decadentes, que en el mejor momento de su larga carrera, sobre todo internacional, podrían haberlo recibido. La transparente explicación aquí, que repitió el querido presidente de la Cámara Guillermo Castellani, es que la categoría Álbum del año evalúa la calidad y no el éxito o la trayectoria, como si hizo CAPIF en la celebración previa de los Deca, o en el premio específico a la Trayectoria a Teresa Parodi. Ya pasó una vez que Escalandrún, otro de los nominados al Oro y uno de los ganadores de la noche con tres premios, frente a Miranda! cuando estos tenían 7 nominaciones. Es importante además recordar que este año la participación femenina creció un 250% con respecto a la edición pasada, y que creció el componente artístico del jurado frente al de periodistas y del medio.

Prender un Fuego, el disco que consagró con el Oro a Marilina, también recibió el Premio Gardel como Mejor Álbum Artista Femenina de Rock. Bertoldi ya había recibido el galardón en esta categoría en 2017 por el disco Sexo con modelos.

Shows musicales, artistas indies y homenajes del negocio
Los shows musicales también dejaron un tercer mensaje muy claro de darle protagonismo a los jóvenes. Esto sobre todo con la música urbana, de la cual Paulo Londra con sus dos premios fue uno de los triunfadores más justos de la noche. La calidad y popularidad de los artistas que participaron de las performances en vivo remarcaron lo que son los Gardel hoy, dentro de la estrategia habitual de tener shows únicos uniendo géneros musicales. De todas formas, al tener todo un fondo sinfónico y al meter a las ascendentes figuras urbanas hasta en temas como Todo Cambia o Música ligera, puede decirse que los shows se repitieron un poco, cuando cada uno tiene que ser cada uno un universo distinto, especialmente para el público internacional de TNT.

Un cuarto mensaje, también anticipado en el CCK, fue el mayor protagonismo de los artistas independientes, que incluso se vio con premiados sorpresivos en algunas categorías tempranas. Se volvió a plantear  la vieja dicotomía con algunos ganadores proclamando la autogestión e independencia contra las grandes corporaciones, un mensaje ya antiguo para lo que son las compañías hoy, además de ingrato para la industria que los estaba premiando y dándoles un lugar. 

Finalmente, en cuanto a nuestra industria musical, fueron geniales y muy merecidos los homenajes a Pelo Aprile, que fue recibido por Pablo Lescano en un nuevo ejemplo de cómo sigue vigente de Interdisc para acá, y a Alberto Paiaro en un reconocimiento unánime. Ante tantos cambios, es bueno recordar siempre que y quiénes nos trajeron hasta aquí.