Por Alejo Smirnoff

La ciudad andaluza y el gobierno local se conmovieron con los premios: pudimos escuchar a la salida de los restaurantes, a los niños por fuera de sus escuelas y a los choferes de taxi o Uber —ploteados con los premios— esperanzados de convivir con los artistas. Eso no sólo en los premios o el POTY a Laura Pausini, sino en cada evento como los de Spotify, YouTube o Amazon, que en la zona centro, y con los increíbles edificios sevillanos siendo parte, emocionaban y congregaban a la población local. Efectivamente fue una semana más nutrida que los dos o tres días de Las Vegas, pues incluso estuvo la Andalucía Universal Music Week en la Plaza de España, cuyo punto más alto fue la noche del Flamenco con una increíble producción. Su gran promoción, incluso en el tren desde Madrid, despertó polémicas de si le estaban compitiendo en visibilidad a los GRAMMY, pero en definitiva expectativa no le restó y lo que será recordado, tal vez por varios años, será la semana de los Latin GRAMMY en Sevilla.

España, representada por Antonio Banderas y Alejandro Sanz en el Telecast y Ana Torroja ganando por primera vez un reconocimiento en Los Premios Especiales, además de otros artistas, no tuvo tal vez tanto protagonismo en los premiados esta vez, pero si lo había hecho en años anteriores con Rosalía, que este año abrió la entrega principal.

Manuel Abud ya nos dijo a Prensario que el año próximo, por el 25 Aniversario, los Premios vuelven a Estados Unidos —lo que no implica necesariamente Las Vegas—, pero sin duda será difícil volver atrás. En otros años seguirá la gran práctica de llevar el Latin GRAMMY a otras plazas, como la misma México, si bien es necesario que sean ciudades que abracen a la Academia Latina como lo hizo Sevilla.

Para el medio musical del Cono Sur, pero especialmente el de Argentina, también esta semana del Latin GRAMMY tiene que ser recordada. Al revés que los españoles y a través de Bizzarrap con su colaboración mundial con Shakira, consiguió lo que nunca un argentino había hecho en estos casi 25 años de Latin GRAMMY. Esto es ser el gran ganador de la noche más allá de que Karol G se quedó con el Álbum del Año por el cual Biza y Shakira no competían. Sin duda “Pa’ tipos como tu” fue la ‘Canción del año’ y un himno de las mujeres en todo el mundo. Bizarrap, que se acordó del Quinto Escalón, puedo armar un set 100% argentino, de tango y rioplatense, con Ariel Ardit, Milo J y la aparición de lujo de la murga uruguaya Agarrate Catalina. Creo que fue el mejor ‘Momento Latin GRAMMY’ de la noche, antes que aparezca la artista colombiana con todo su esplendor. Para una entrega casi sin uruguayos, si no fuera por el excelentemente posicionado Jorge Drexler, no fue poco.

Pero en adición a eso, simbólicamente fue una entrega importante pues como Bizarrap, también ganaron otros argentinos por primera vez como Dante Spinetta en su rol de compositor, que se lo merece y esto lo potencia, o Nathy Peluso. Eso además que, en los Premios Especiales, Soda Stéreo recibió su histórico primer GRAMMY Latino, según destacó el propio Zeta Bosio, como también Gustavo Santaolalla.

El balance fue de un sabor agridulce igual, pues los artistas de rock, en categorías que solemos ganar con consagrados como Fito Páez o Calamaro —es bueno que dejen el lugar a otros—, esta vez perdieron ante Molotov y Juanes, cuyo carácter rockero siempre es discutible—el del colombiano—  desde nuestro punto de vista del sur. Del lado de las mujeres, María Becerra volvió a perder pese a sus seis nominaciones, aunque tuvo un rol central junto a Pablo Alborán y también propio, Nicki Nicole logró figurar con su simpatía. Y aunque mexicana, pero radicada en la Argentina, una alegría fue el excelente Latin GRAMMY de Julieta Venegas que se lució tanto en la premiere como en la ceremonia principal.